- UN TRIBUTO A MI MUNDO INGENUO -

En los años 90', la pintura Naïve, detallista y descriptiva, fue la más indicada para expresarme.
El arte NaÏf embellece la visión de la vida.
Detrás de cada obra “ingenua”, existe una filosofía clara y esperanzada.
Un ser escéptico o egoísta no podría ser un artista naïf.
El Naïf devela el alma de un soñador empedernido.
Y hace más buenas a las personas que lo contemplan.


AMIGOS DEL BLOG.

CONVENTILLOS DE BUENOS AIRES.


Los conventillos fueron característicos de nuestra ciudad en las primeras décadas del siglo XX. Funcionaron en la época en que miles de inmigrantes llegaban a la Argentina, que recibía con las puertas abiertas a quien quisiera trabajar. El progreso dependía sólo de su esfuerzo. (Esto es tan cierto, como que es la historia real de mis abuelos: el paterno llegado de España y el materno, hijo de inmigrantes italianos).Todos ellos llegaban sin absolutamente nada más que su voluntad de buscar un futuro mejor. En los conventillos se mezclaba gente de todos los idiomas y nacionalidades, principalmente españoles, italianos, judíos y árabes. Los cuartos o piezas se alquilaban por familias u hombres solos. Los baños y el comedor eran compartidos por todos los inquilinos. Estaban estructurados alrededor de uno o varios patios centrales, en los que se reunían para tomar mate, bailar una milonga, lavar la ropa. Estos patios fueron inspiración para obras de teatro que reflejaron la cultura popular: los sainetes. En una de las pinturas, aparece uno de esos típicos patios. Las otras dos muestran el interior de algunas habitaciones tan imperfectas como encantadoras: techos de chapa, algunos ladrillos a la vista, el fonógrafo, gatos, tardes de tangos y romance.


"Milonga en el conventillo", acrílico sobre tela, 60cm x 80cm, año 1994.

"Tangos para una tarde gris", acrílico y collage, 50cm x 60cm, 1996.


"Lluvia, romance y tangos", acrílico y collage, 60cm x 50cm, año 2005.